lunes, 4 de agosto de 2008

Anuska, putilla del puticlub Vive Madrid

Hoy empezaré hablando de AnusKa, dios mío, qué chica más bonita, todavía la recuerdo, fue hace ya unos meses, en el Puticlub Vive Madrid, aquí en Madrid.

Chica rubia de pelo largo, ojos azules, delgadita, con esas caderas finas en las que se les marcan las costillitas subiendo hasta los pechos. Sus pechos, naturales y duros, con pezones marroncitos de punta. Piernas largas y estilizadas, que terminaban en un culo durito, esa chica hacía deporte todas las noches xDDD.

Cuando llegué me dijo con su acento bielorruso, hola moreno, ¿te apetece compañía? Yo le dije, si es la tuya quizás sí, ¿qué me ofreces? pregunté. Ella, no se cortó un pelo y como quien no se da cuenta discretamente me bajó la cremallera y me tocó mi tronco... yo ya estaba medio empalmado porque ella llevaba un vestidito de esos ajustados de color rojo y yo ya estaba pensando en comerme sus pechitos...

Yo ya estaba muy salido, así que, le guiñé un ojo, y sin terciar más palabras me llevó a uno de los cuartos. Allí, tras la tipica limpieza comenzó a chuparme los huevecillos.

La muy puta sabía como refrescar los huevos, mientras chupaba iba soplando de forma que con la evaporación sentía un frescor más que excitante. Luego empezó con la limpiecita de sable. No tenía la boca muy grande, así que no se podía meter mi tranca mucho, no obstante, chupaba muy efusivamente, de hecho, le tuve que decir que parara porque me estaban entrando ganas...

Entonces, me tumbé y le dije que se quitara el vestido rojo. JAMÁS HE VISTO A NADIE QUITARSE EL VESTIDO COMO ELLA. La virgen!! qué sensualidad... se agachaba dándome el culito y se le marcaban hasta los labios que no se ven...

Me quedé yo arriba, y dejé que ella trabajara, empecé a sobarle el pecho mientras ella me decía que se la metiera hasta el fondo... yo empecé a concentrarme para no correrme, pero pronto llegó el momento... cuando ella vió que me retorcía de placer, siguió más fuerte dándome más placer... hasta que ya le dije que parara...

Le pagué sus merecidos 80€ y me fui con la sonrisa en la cara.

Lástima que te fuiste, lástima que te perdí la pista. Hubiera dado la billetera por tu amor temporero...

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